El paso del tiempo y el proceso natural de envejecimiento es notorio en la piel del rostro, aparecen manchas, líneas de expresión, arrugas, flacidez y otros inconvenientes relacionados. Pero estos signos de la edad se pueden tratar, por medio del resurfacing, un tratamiento que resulta innovador y ofrece resultados excelentes, ofreciendo una piel que luce más joven y hermosa.
¿Qué es el resurfacing?
El resurfacing es un tratamiento que se realiza mediante un láser de CO2, el cual actúa en la capa media y la capa profunda de la piel. Es así como logran optimizar su textura y apariencia, haciendo que se vea rejuvenecida.
Es decir, el resurfacing es ideal para el tratamiento de arrugas y líneas finas, las conocidas patas de gallo, las manchas y la flacidez de la piel. También es efectivo para tratar cicatrices y cicatrices del acné, el tono desigual de la piel, verrugas y las glándulas sebáceas que se han agrandado, así como la rosácea, las arañas vasculares y otros.
Cabe destacar, el resurfacing también es capaz de calentar las capas interiores de la dermis y con ello, promueve satisfactoriamente la producción de colágeno. El resurfacing facial se dirige a la capa exterior de la piel y al mismo tiempo da calor a las capas inferiores de la dermis. Esto promueve la producción de colágeno, haciendo que la piel sea más suave y firme al tacto.
¿Cómo se realiza el resurfacing?
El resurfacing es un tratamiento que se realiza de manera sencilla, pero es necesario cuidar cada detalle. Para comenzar, se debe preparar la piel de manera previa, esto garantiza su tolerancia al tratamiento y la disminución de posibles efectos secundarios. Ahora bien, el tratamiento consiste en:
- La piel pasa por un proceso de limpieza, con el objetivo de eliminar la suciedad, el exceso de grasa y bacterias que puedan estar presentes.
- Como segundo paso, el especialista mueve el láser alrededor del área de la piel que se desea tratar, siempre de manera lenta. Este láser retira las capas más externas de la piel, emite energía que es absorbida por el agua intracelular. Luego produce un proceso de vaporización y genera calor, el cual contrae el colágeno, acabando con las arrugas y otras imperfecciones de la piel.
Recuperación posterior al resurfacing
Después de un tratamiento de resurfacing, es necesario cumplir con un tiempo de recuperación, para garantizar que la piel se cure y se recupere eficientemente, también para minimizar el riesgo de efectos secundarios.
Ahora bien, el tiempo de recuperación representa un periodo de entre 3 a 10 días, depende de la profundidad con la que se utilice el láser, mientras mayor sea la profundidad, el tiempo de recuperación necesario será más largo.
Durante esta fase, la piel luce un poco enrojecida, también pueden surgir descamaciones y pequeñas costras. El cuidado es vital, comenzando por cumplir con una rutina de cuidado diario, limpiando la piel tratada varias veces al día, la higiene es clave.
También se debe evitar ir al gimnasio y otros espacios en los que se podría obtener infecciones. Además, es preciso utilizar apósitos nuevos con cada limpieza, junto a un humectante que contribuya a la curación.
Es indispensable evitar la radiación solar durante unas semanas, por lo que es muy importante aplicar protector solar con SPF mínimo de 50 es indispensable, para evitar los efectos nocivos de la radiación solar.
Es clave cumplir con los cuidados indicados por el especialista y usar los productos que este recomiende.
¿Qué zonas pueden ser tratadas con el resurfacing?
Todas las zonas del rostro pueden ser beneficiadas con el resurfacing, comenzando por el área de los ojos, es decir, los párpados, las conocidas patas de gallo y el entrecejo. También la frente, las mejillas, el área alrededor de la boca y los surcos nasogenianos, también el mentón y la papada. Incluso, el resurfacing puede ser aplicado en la zona del cuello y escote y en las manos.
Los beneficios del resurfacing
El resurfacing tiene la capacidad de lograr un proceso de renovación completa de la piel, en este sentido, ofrece un excelente conjunto de beneficios, al respecto:
- Elimina las arrugas que no se pudieron tratar con otras técnicas y suaviza las líneas de expresión.
- Estimula el colágeno, haciendo que la piel luzca firme, estirada y elástica, de hecho, hace que el proceso de envejecimiento sea más lento, también promueve la elastina y el ácido hialurónico.
- Elimina las marcas que surgen como consecuencia del acné.
- Hace que la piel sea más suave y luminosa.
- Optimiza la tez, mejorando su tono, eliminando distintas marcas de nacimiento.
- Reduce los lentigos solares.
- Es ideal para eliminar lesiones cutáneas como las verrugas, sin tener que hacer suturas y sin dejar cicatrices evidentes.
- Ayuda a incrementar el aporte de oxígeno y nutrientes a la piel, por ello logra una verdadera regeneración de calidad.
- Cierra los poros.
- Disminuye la flacidez en todo el rostro, la papada y el cuello.
Junto a todos estos beneficios, el resurfacing no produce alteraciones o cambios en la expresión natural del rostro. Es importante resaltar que, una semana después de que se aplica este tratamiento, es posible apreciar los resultados, los cuales van mejorando progresivamente durante los 6 meses siguientes.
Cuando se cumple con los respectivos cuidados de la piel, estos efectos pueden ser permanentes. Por otro lado, lo más usual es que se deban aplicar varias sesiones de resurfacing, para poder apreciar los resultados que se desean. Además, los resultados suelen variar según las condiciones previas de la piel en cada persona.
¿Quienes son candidatos al resurfacing?
Tanto las mujeres como los hombres pueden someterse a un tratamiento de resurfacing para recuperar el bienestar de su cutis y lucir una imagen saludable y joven. Por supuesto, es necesario que la persona tenga los síntomas de una piel envejecida, como arrugas cuya profundidad es superficial a media.
También manchas solares, lesiones benignas como queratosis, lunares y otros y laxitud de la piel. En síntesis, el resurfacing resulta excelente para recuperar el bienestar facial, lucir una piel saludable y recuperar una imagen estética y jovial.
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