La ptosis palpebral es el descenso de la altura de uno o los dos párpados superiores como consecuencia del daño en el músculo que se encarga de elevar los párpados. Hay múltiples causas para este problema, pero el resultado final es un párpado caído que llega a veces incluso a tapar la pupila.
Dependiendo de su grado puede bloquear o dificultar la visión por lo que su pronóstico y tratamiento es muy diferente si se presenta en un niño o en un adulto. Por eso desde la Clínica Jiménez Ortiz hemos preparado este post para dar respuesta a las preguntas más frecuentes sobre la ptosis palpebral.
¿Qué es la ptosis palpebral?
Como hemos dicho al principio la ptosis es la caída del párpado superior y supone uno de los problemas oculoplásticos más comunes. Esta posición anómala puede ser causada por la debilidad del músculo responsable de levantar el párpado, por daño a los nervios que controlan esos músculos o por flacidez de la piel que rodea los párpados superiores.
¿Qué tipos existen?
- Ptosis aponeurótica: La caída del parpado se debe a factores de envejecimiento.
- Ptosis neurogénica: Suele aparecer en niños y se debe a falta de estímulo nervioso en el musculo elevador.
- Ptosis mecánica: La existencia de un quiste o tumor en el parpado superior hace que este pese y caiga de forma mecánica.
- Ptosis miogénica: Debido a alteraciones en el músculo el parpado superior no puede mantener su posición natural.
¿Cuáles son sus síntomas?
Como hemos dicho antes, los síntomas de la ptosis pueden variar en función de su gravedad, pero en la mayoría de los casos suelen ser estos:
- Caída del párpado superior. Puede llegar a tapar la pupila.
- Reducción del campo de visión.
- Problemas cervicales. Necesidad de inclinar la cabeza hacia atrás o levantar el mentón.
- Elevación constante de las cejas.
- Asimetría entre los párpados.
¿Cuál es el tratamiento para la ptosis?
La cirugía de la ptosis palpebral consiste en reparar ese musculo dañado y anclarlo correctamente al párpado para que recupere su altura inicial y función. En algunos casos también puede combinarse con la blefaroplastia, y eliminar exceso de piel si lo hubiera.
Se puede optar por operar vía externa, a través de la piel, o por vía interna, a través de la conjuntiva (capa interna del párpado). En los casos graves, se optará por crear elementos de suspensión del párpado sustitutos del músculo dañado que ayuden en la elevación del párpado.
En cualquier caso, el objetivo final es siempre elevar el párpado superior hasta su posición normal, mejorar la simetría de los dos párpados y recuperar campo visual.
En la mayoría de los casos, se aplica anestesia local que se infiltrará en la piel o en la conjuntiva dependiendo del músculo sobre el que se vaya a intervenir. También es posible usar un poco de sedación.
¿Cuánto dura la intervención?
La cirugía suele durar unos 30 minutos, pero si se realiza juntamente con una blefaroplastia superior e inferior puede alargarse hasta las 2 horas. La cirugía de párpados es ambulatoria por lo que no requiere de ingreso por parte del paciente.
¿Se notará la cicatriz?
La cicatriz de la vía externa, que se hace aprovechando el pliegue palpebral del párpado superior, queda disimulada cuando tenemos los ojos abiertos, por lo que solo se ve al cerrarlos. Incluso con el tiempo, como coincide con las arrugas que se van formando en la piel del párpado, es muy difícil distinguirla. La cicatriz que se hace en la vía interna no se ve ni se nota.
¿Cómo es el postoperatorio?
A pesar de que es una intervención quirúrgica que se realiza en una zona tan sensible como son los ojos, el postoperatorio es indoloro. Lo más habitual es que aparezcan hematomas o hinchazón en los párpados y en la zona de alrededor de los ojos.
También es habitual presentar algunas molestias como un dolor leve, lagrimeo, visión borrosa e hipersensibilidad a la luz. Durante los primeros días es importante no realizar esfuerzo físico para evitar posibles sangrados y aplicar frío en la zona para no alargar el tiempo de recuperación.
La recuperación completa no llega hasta pasados los 15 días, pero la mayoría de los pacientes no tienen problemas en volver a su rutina diaria tras pasar una semana de la cirugía.
¿Se puede repetir el tratamiento?
Si, en caso de que exista una asimetría en el resultado se puede volver a realizar la intervención para corregirla.
¿En qué pacientes no se recomienda?
La ptosis palpebral no se aconseja en pacientes con problemas de salud, puesto que puede aumentar el riesgo de la intervención. Algunas de las enfermedades que pueden suponer un riesgo y es necesario estudiar bien cada caso son: la hipertensión arterial, la diabetes, el glaucoma, el síndrome del ojo seco o, por ejemplo, haber sufrido un desprendimiento de retina.
Tampoco es recomendable en embarazadas, pacientes con sequedad en los ojos, problemas de circulación, de coagulación de la sangre, hipertensión o diabetes.
¿Qué especialista realiza la cirugía de ptosis?
El especialista que trata esta patología es el cirujano ocuplástico y en nuestra clínica contamos con el Dr. Jiménez Ortiz especialista en cirugía de parpados y oftalmología. Esta formación es imprescindible a la hora de realizar con seguridad cirugías en la zona periocular.
Si quieres más información sobre la ptosis palpebral no lo dudes y ponte en contacto con nuestro especialista, estará encantado de resolver todas tus dudas y asesorarte con lo más adecuado para ti.